Con el permiso de la presidencia.

Diputadas, diputados; quisiera pedirles un aplauso para las diputadas y diputados indígenas, si gustan ponerse de pie nuestras compañeras y compañeros. Solo ellas y ellos saben el gran trabajo que les ha costado estar aquí. Admiración y respeto.

Estamos discutiendo la reforma constitucional sobre los derechos de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos en esta que es la máxima tribuna de la Nación.

¿Por qué no hay traducción en lenguas? Sí, es complejo, pero tendríamos nosotros que encontrar los mecanismos, ser los primeros en reconocer, proteger y promover la preservación de las lenguas indígenas, necesitamos congruencia, señoras y señores.

De las 68 lenguas indígenas habladas en México, 23 corren el riesgo de desaparecer, es un legado en peligro de extinción, un golpe directo a nuestra identidad, urgen acciones concretas.

Como reportera, con frecuencia me preguntan cuáles han sido las personas que más te han impresionado y viene a mi mente el joven Santos Manuel Tuz Romero, mejor conocido como Santos Tuz, yucateco profesor de primaria que convirtió sus redes sociales en un salón de clases para enseñar maya, su lengua materna.

O como Lorena Ramírez, "Lorena, la de los pies ligeros", ultramaratonista rarámuri, que sorprendió al mundo al competir con su traje típico y sus huaraches; su grandeza de espíritu y fortaleza son luz e inspiración.

La reforma constitucional en materia de pueblos indígenas publicada en 2001 no respondió ni satisfizo los planteamientos fundamentales de los pueblos indígenas y afromexicanos porque se les consideró como sujetos de interés público, como si ellas y ellos fueran materia, un objeto o sujetos pasivos de las políticas públicas, tutelados por un Estado paternalista.

A 20 años de la reforma que cambió, en México no todas las personas pobres son indígenas, pero la gran mayoría de las personas indígenas padecen graves condiciones de pobreza. Las mujeres, ellas sufren una triple discriminación por ser mujeres, por ser indígenas y por ser pobres.

En el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se instrumentaron 17 planes de justicia, ¿el objetivo? Terminar con el exterminio, la discriminación y el racismo. Sin duda un gran paso para lograr la paz y la reconciliación nacional, pero se requiere más.

Los pueblos indígenas y afromexicanos demandan ser considerados sujetos de derechos públicos, con acceso pleno a sus derechos sociales, sujetos para construir su propio destino, determinar su condición política y desarrollarse con autonomía, libertad e igualdad.

Vale la pena mencionar que en esta reforma están reflejadas las voces de los pueblos indígenas y afromexicanos que participaron en 54 foros regionales y 61 asambleas realizadas en todo el país como parte del proceso de diálogo y consulta que inició en 2019.

La transformación de la vida pública de México no será plena ni posible mientras haya una niña o un niño que por miedo a ser discriminado deje de hablar su lengua materna, no será posible mientras existan personas indígenas privadas de su libertad por falta de un intérprete.

El reconocimiento y respeto a los pueblos indígenas y afromexicanos son una demanda ancestral; esta reforma representa el anhelo y la esperanza de nuestras hermanas y hermanos indígenas que han vivido en resistencia por siglos, es un acto de justicia social.

Diputadas, diputados; para alcanzar este anhelo de justicia se requiere una transformación sustantiva de las actuales estructuras políticas, jurídicas y económicas que rigen al Estado mexicano, y su relación con los pueblos indígenas y afromexicanos.

Hagamos realidad el sueño de nuestras ancestras y ancestros, de tener un país pluricultural, multilingüe, justo, democrático; hagamos de México la casa de todas y de todos.

"Por el bien de todos, primero los pobres", es una máxima del presidente López Obrador y también de la futura presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo y agrego: por el bien de todos, primero los pueblos indígenas y afromexicanos. Por el bien de todos, primero las mujeres indígenas. Por el bien de todos, sí a la Reforma indígena y afromexicana. A favor.

Es cuanto, presidenta.