Con la venia de la Presidencia.
El movimiento armado suscitado en Madera, en el estado de Chihuahua entre 1964 y 1965, tuvo como telón de fondo la Guerra Fría, pues se desarrolló en medio de la confrontación política-ideológica de dos visiones antagónicas de entender el mundo.
Después de la Segunda Guerra Mundial, en América Latina y particularmente en México dominaba el ánimo de propaganda anticomunista promovido por los Estados Unidos, que se oponían absolutamente a la gestación de cualquier movimiento que enarbolara alguna idea contraria o alternativa a sus intereses cerca de su territorio o área de influencia.
En nuestro país, a finales de los años cincuenta, tras el ocaso del llamado "milagro mexicano", el cual supuso una etapa de bonanza económica, las condiciones sociales de varios sectores de la población se vieron afectadas y en algunos casos volvieron a ser tan precarias como lo eran antes de la Revolución. En este contexto, surgieron algunos movimientos de protesta protagonizados por los trabajadores ferrocarrileros y magisteriales en 1958 y años más tarde los médicos que laboraban en los servicios de salud de la capital del país en 1964.
Estas movilizaciones de inconformidad estaban motivadas por razones económicas, sin embargo, pronto se transformaron en reivindicaciones políticas ante la respuesta represiva por parte del gobierno.
Estos movimientos sociales fueron catalogados por el gobierno como "comunistas", siguiendo la lógica impuesta en la región por el vecino del norte, pregonando la idea de que eran respaldados y financiados por países extranjeros, opacando de esta manera su verdadera motivación, la cual no era otra más que alcanzar la justicia social.
Por lo que hace al sector agrario, tras los esfuerzos llevados a cabo por el gobierno del Presidente Lázaro Cárdenas para el reparto de tierra, en nuestro país se agudizó la concentración de la misma en pocas manos, lo cual, aunado a los abusos de los caciques y a la continua intransigencia de las autoridades desintegrar los grandes latifundios y entregar la tierra a los campesinos, acrecentó el descontento de la población.
El maestro rural Arturo Gámiz dio a conocer en febrero de 1963, en un reportaje publicado en el diario La Voz de Chihuahua, que en aquel entonces 300 latifundistas eran dueños de 24.5 millones de hectáreas, mientras que 100 mil ejidatarios apenas disponían de 4.5 millones de hectáreas para sus siembras.
Las condiciones de las comunidades agrarias motivaron a los maderenses, comandados por el profesor Gámiz y por el médico y también maestro Pablo Gómez Ramírez a intentar un levantamiento armado, el cual culminó la madrugada del 23 de septiembre de 1965 con el asalto al cuartel militar ubicado en el municipio de Madera.
Este hecho que hoy conmemoramos es de suma importancia porque a lo largo de nuestra historia se han vulnerado de manera sistemática los derechos de los trabajadores del campo y en muchas ocasiones también el legítimo derecho del pueblo a inconformarse ante las injusticias y a organizarse para mejorar sus condiciones de vida.
En este sentido, en el marco del 56 aniversario del asalto al cuartel Madera, en el grupo parlamentario del Partido Verde refrendamos nuestro deber como representantes populares de atender las demandas de las y los campesinos y de hacer valer de modo efectivo los derechos que para ellos consagra la Constitución.
Lamentablemente, en el campo mexicano la lacerante desigualdad del pasado no ha sido desterrada definitivamente, pues todavía existe un buen número de comunidades rurales en condiciones de pobreza, sin acceso a servicios públicos básicos, de salud, de educación, carentes de vías de comunicación que faciliten el transporte de personas y alimentos.
No podemos soslayar que lo anterior ha sido motivo para que las y los marginados opten por tomar las armas frente a la falta de respuestas institucionales. En un régimen democrático en donde la búsqueda de mayor igualdad social y la lucha eficaz para superar la pobreza deben tener la misma importancia que la garantía para los ciudadanos de participar en los asuntos.