Con la venia de la Presidencia,
Buenas tardes, compañeras y compañeros legisladores,
En el 2019, la Guardia Nacional reemplazó a la Policía Federal como el principal cuerpo policial de seguridad pública a nivel nacional, pasando a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, como resultado de un cambio constitucional sustantivo.
El trabajo de la corporación y su presencia permanente en el territorio nacional han sido piezas clave en la disminución de los índices delictivos y en la percepción de inseguridad en el país.
En los últimos años, la Guardia Nacional se ha convertido no solo en una fuerza operativa de respuesta inmediata frente a los desafíos de la inseguridad y en una institución creada bajo los principios del Estado de Derecho, respaldada por un sólido marco legal y constitucional que define su existencia, sus funciones y sus límites.
Esta institución también se ha asegurado de actuar con legalidad, profesionalismo y respeto a los derechos humanos. No es una fuerza fuera de control, sino un cuerpo plenamente integrado al sistema democrático y legal de nuestro país.
La estructura orgánica de la Guardia Nacional está conformada por una comandancia. Asimismo, cuenta con una Jefatura General de Coordinación Policial, la cual, a su vez, se integra por cuatro Subjefaturas. Entre ellas, la subjefatura Operativa, responsable de coordinar el despliegue y la actuación del personal de la Guardia Nacional.
En las 32 entidades federativas se cuenta con personal desplegado que diagnostica la situación de seguridad y aplica los planes, programas y estrategias operativas correspondientes.
Toda esta estructura está bajo un andamiaje legal que exige transparencia, supervisión, rendición de cuentas y coordinación con otras autoridades, como las policías estatales, municipales y las fiscalías.
La Guardia Nacional tiene establecido un camino que debe seguir para ser una institución digna de la sociedad a la que sirve, pues constituye un pilar fundamental para la seguridad y la estabilidad de nuestro país.
Es justo reconocer a quienes integran esta corporación, hombres y mujeres que no solo han decidido proteger nuestro territorio, sino también a velar por la paz, el orden y el bienestar de las y los mexicanos. Su labor trasciende el uniforme y la rutina diaria; es un servicio que exige entrega total, ética y respeto a los derechos humanos.
Hoy más que nunca, es necesario reconocer su labor, pero también exigir que su misión se cumpla con responsabilidad y con una visión de largo plazo, donde la seguridad no sea solo la ausencia de violencia, sino la presencia de justicia, igualdad y oportunidades para todas y todos.
Sabemos que vivimos tiempos complejos. La inseguridad, la violencia y la corrupción han lastimado durante años la relación entre los ciudadanos y las autoridades. En este contexto, la Guardia Nacional es un intento de renovar esa relación, de recuperar la fe en que sí es posible tener una fuerza de seguridad honesta, profesional y cercana a la gente.
El día de hoy nos encontramos analizando una reforma que busca consolidar la legitimidad democrática de la Guardia Nacional, al facultar al Senado de la República o, en su caso, a la Comisión Permanente, para ratificar los nombramientos de sus mandos superiores.
En este sentido, el hecho de que los mandos superiores de la Guardia Nacional deban ser ratificados es una medida de control civil, de equilibrio institucional y de transparencia democrática.
Este proceso garantiza que quienes encabecen esta corporación cumplan con los perfiles adecuados, los méritos necesarios, y, sobre todo, el compromiso con los valores democráticos, los derechos humanos y la legalidad.
Compañeras y compañeros, nuestra responsabilidad, como Poder Legislativo, es acompañar este proceso con visión de Estado, fortaleciendo los cimientos democráticos y republicanos que le dan sustento.
La participación del Senado de la República en la ratificación de los mandos superiores de la Guardia Nacional refuerza la legitimidad, la confianza, su sujeción a la Constitución y la supervisión institucional, por ello, en el Partido Verde votaremos a favor del dictamen.
Es cuanto, muchas gracias.