Con el permiso de la presidencia
Compañeras y compañeros legisladores
La discriminación es toda aquella distinción, sin causa racionalmente justificada, que genera un daño o perjuicio a una persona en la esfera de su dignidad. La mayoría de las veces dichas distinciones se basan en circunstancias o situaciones que las personas no pueden o no quieren cambiar como su origen étnico, su género, su religión, su situación económica o sus preferencias sexuales.
Los actos de discriminación se manifiestan en diversas formas y, dado que conservan o reproducen ciertas prácticas nocivas, representan uno de los mayores obstáculos para el desarrollo integral de las personas y de la sociedad en su conjunto.
El CONAPRED indica que la discriminación afecta negativamente la vida de las personas porque ésta implica la pérdida de derechos y la desigualdad para acceder a ellos, lo cual puede orillar al aislamiento, a vivir violencia e incluso, en casos extremos, hasta a perder la vida.
Aunque en nuestro país se han realizado importantes esfuerzos a fin de erradicar aquellas conductas que atenten en contra de los derechos humanos, las libertades y la dignidad de las personas, la discriminación es una práctica con fuerte arraigo en nuestra sociedad por lo cual debemos seguir trabajando para superar un problema histórico.
La entrada en vigor de la reforma constitucional en materia de derechos y cultura indígena, publicada en el Diario Oficial en agosto de 2001, sentó las bases de la lucha en la materia que hoy abordamos al incorporar al texto de nuestra Carta Magna el derecho a la no discriminación y dio pie a la creación de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.
La entrada en vigor de la Ley referida dio origen al CONAPRED cuya función es promover políticas y medidas tendientes a contribuir en el avance de la inclusión social, garantizando en todo momento el derecho a la igualdad y la no discriminación.
De acuerdo con datos del INEGI, aproximadamente el 20 por ciento de la población mayor de 18 años se ha sentido discriminada por alguna razón; los motivos más frecuentes son la forma de vestir o el arreglo personal, la complexión física, las creencias religiosas, las preferencias sexuales y el estatus socio económico.
Asimismo, la población indígena en nuestro país es víctima de actos discriminatorios de manera sistemática y 24 por ciento de ella declara haber vivido al menos alguna situación de discriminación en los últimos cinco años.
Derivado de la transformación constante de la sociedad y del fenómeno de la discriminación, la Ley Federal para Prevenir y Erradicar la Discriminación ha sufrido un número importante de reformas con el fin de adaptarse a la compleja realidad que hoy vivimos y poder seguir siendo un instrumento efectivo en favor de la igualdad.
La reforma planteada busca, entre otras cosas, actualizar el marco conceptual ampliando el catálogo de conductas discriminatorias; se fortalecen las políticas públicas en materia de igualdad y no discriminación; se homologan las medidas de inclusión; se robustecen los órganos de dirección del CONAPRED; y se mejora el procedimiento para la atención y el procesamiento de las quejas.
En virtud de lo anterior, las y los Diputados integrantes del Partido Verde votaremos a favor del presente dictamen porque estamos convencidos de que la discriminación en nuestro país es un fenómeno que para su erradicación definitiva requiere de acciones dirigidas a modernizar el marco normativo y dotar a la CONAPRED de las herramientas necesarias para fortalecer su actuación en el ámbito de la prevención y la eliminación de toda práctica discriminatoria que ponga en entredicho la dignidad de las personas.
No tenemos derecho a fallar en este momento histórico, que es la cuarta transformación.
Es cuanto.