Con su venia, presidenta.

Compañeras y compañeros diputados les saludo con mucho gusto, medios de comunicación y a toda la gente que nos acompaña aquí el día de hoy.

Hoy, el Congreso de la Unión tiene la oportunidad de enviar un mensaje claro a la ciudadanía y es que la política fiscal y la política de salud pública pueden avanzar de la mano, con coherencia, responsabilidad y visión de futuro.

El dictamen que hoy discutimos reforma diversas disposiciones de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios y representa un paso firme hacia un sistema fiscal más justo, más técnico y con verdadero propósito social.

México ocupa uno de los primeros lugares en el mundo en consumo de bebidas saborizadas.

Cada persona consume, en promedio, 166 litros al año, lo que ha contribuido a que más de 41 mil muertes anuales están relacionadas con enfermedades derivadas del alto consumo de azúcar y esto debe pararse y debe prevenirse.

Estos datos no son solo cifras; son un llamado a tomar acciones.

Por eso, el IEPS cumple una doble función: por un lado, contribuye a la recaudación que financia programas sociales y de salud; y al mismo tiempo, es una herramienta coadyuvante de la política sanitaria, porque inhibe el consumo de productos con alto contenido calórico.

Es decir, no se trata sólo de recaudar, sino de proteger la salud.

Y en esa doble intención —fiscal y sanitaria— radica la fortaleza de este dictamen.

Hace algunas semanas, junto con mi compañera, la diputada Nayeli Fernández y con mi compañero Tony López del PT, presentamos una iniciativa para corregir un vacío legal que permitía que muchas bebidas electrolíticas —con azúcares o edulcorantes añadidos— se disfrazarán de medicamentos y evadieron el IEPS.

Hoy, esto ya no será así, con esto hoy vamos a aprobar, hoy celebro que este dictamen recupere esa esencia, al distinguir con claridad entre los sueros orales con fórmula de la Organización Mundial de la Salud, que seguirán exentos por su naturaleza terapéutica, y las bebidas electrolíticas con azúcares o aditivos, que ahora tributarán conforme a su verdadera composición.

Esa diferencia no es menor, es diferencia también hoy se verá reflejada seguramente en la salud de muchas y muchos mexicanos, se reconoce que un suero oral médico —que contiene únicamente glucosa, sodio, potasio y citrato trisódico— no es una bebida saborizada, sino una herramienta terapéutica, y evita que productos comerciales eludan una contribución fiscal que sí les corresponde.

Este dictamen, además, no se limita a las bebidas.

Forma parte de una revisión integral del IEPS que también abarca temas como el tabaco, los combustibles y los juegos con apuesta, manteniendo una lógica coherente: quien genera un impacto negativo en la salud o en el medio ambiente debe contribuir más al gasto público.

Por eso, no se trata de castigar el consumo, sino de orientarlo, de fomentar hábitos más saludables y de recaudar con sentido social.

El IEPS, en este contexto, es una herramienta moderna de salud pública que equilibra la responsabilidad individual con el deber colectivo de cuidar el bienestar de la población.

Esta visión coincide con los principios que desde el Partido Verde hemos defendido: una política fiscal con rostro humano, que incentive decisiones saludables y, al mismo tiempo, fortalezca las finanzas públicas.

Por ello, celebramos que este dictamen combine criterios fiscales y científicos, y que ponga al centro la salud de las personas.

Es un ejemplo de cómo la política tributaria puede mejorar la calidad de vida de las y los mexicanos, al tiempo que fortalece la hacienda pública.

Aplaudimos también el trabajo técnico y el diálogo político de esta Comisión de Hacienda, de todas las compañeras y compañeros que la integran, hubo un debate de altura de todos los partidos políticos y aquí queremos reconocer en público el trabajo del presidente de la Comisión, nuestro amigo Carol Altamirano, que lo hizo con gran altura y lo hizo haciendo mucha política, así como debe de ser en este Congreso, por eso le reconocemos el trabajo al presidente de la Comisión.

Porque cuando se legisla con base en evidencia, los resultados no se miden solo en pesos y centavos, sino en vidas más saludables y políticas más justas.

Compañeras y compañeros, este dictamen demuestra que legislar con evidencia científica es posible, que la política fiscal puede ser una aliada de la salud, y que cada impuesto con sentido social es una inversión en bienestar.

Por eso, las y los legisladores del Partido Verde Ecologista de México acompañaremos este dictamen con nuestro voto a favor, convencidos de que una política tributaria justa, proporcional y con visión sanitaria es una herramienta para transformar al país.

Es cuanto, diputado presidente. Muchas gracias.