Con el permiso de la presidencia,
Con profundo respeto y permiso de las y los buscadores, como buscadora, como activista en derechos humanos y ahora como diputada federal de Baja California, vengo a exponer este tema tan delicado y sentido para miles de familia de este país.
México es un país que se distingue por su belleza natural, su riqueza cultural y sobre todo por la calidez de su gente, es una nación que inspira, abraza y resiste con mucha fuerza ante las adversidades, sin embargo, esa fuerza ha sido puesta a prueba por uno de los problemas más dolorosos de nuestra realidad, la desaparición de personas, un crimen de lesa humanidad, un fenómeno complejo, de dimensiones nacionales e internacionales que representa uno de los mayores retos para los sistemas de justicia, seguridad y derechos humanos en nuestro país.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) más de 115 mil personas han sido reportadas como desaparecidas o no localizadas en México, y aunque el fenómeno no es reciente, más del 90 por ciento de estos casos se han registrado a partir del 2006, en el caso de mi familia, a partir del 2007, lo que evidencia la gravedad y el crecimiento sostenido de esta crisis, esta señora señores, no son cifras, estamos hablando de personas, son hijas, hijos, padres, hermanos, jóvenes, cuya vida ha quedado suspendida, la vida de su familia también. En el caso de mi familia 10,640 días en suspenso.
Cada fotografía, cada pancarta, cada nombre en una ficha de búsqueda es un grito desesperado de una madre, de un hijo, de un amigo, es una exigencia de lo más básico, saber dónde está tu ser querido, saber que esta bien, poder abrazarlo o al menos que tenga un lugar digno en la memoria y en la justicia.
Frente a este dolor el Estado mexicano ha creado instituciones, emitido leyes y diseñado planes para atender esa crisis, pero todo esto ha sido insuficiente hasta hoy, se los digo porque yo lo he vivido, se qué es ser desplazado con tus hijos y tener que empezar de nuevo. No obstante, estos esfuerzos no han tenido los resultados esperados y las instituciones no han funcionado con la eficacia, ni con la coordinación que exige la magnitud de este problema, mientras discutimos aquí venalmente y toman el tema la ligera como posicionamiento político, existimos personas que conocemos el tema a fondo, porque lo hemos vivido, porque hemos buscado, hemos escuchado crujir el suelo con nuestras palas y en lo personal, mi tesis doctoral que no concluyó es sobre desaparición forzada.
Estamos buscando aún y nunca va a haber reparación del daño. Cada semana se suma nuevos nombres de registros, nuevas familias que inician una búsqueda, en muchos casos se vuelve interminable contener esta crisis por la complejidad que implica enfrentarlos sin herramientas modernas, sin coordinación efectiva y sin una política de estado firme y articulada, no podemos seguir enfrentando la tragedia de esta magnitud, con estructuras del pasado, necesitamos un nuevo enfoque, una nueva arquitectura institucional.
Por ello, la aprobación de esta reforma está necesaria y urgente porque es un inicio, estamos hablando de cambiar de raíz la forma en que el Estado enfrenta a las desapariciones, para lograrlo, la reforma propone mecanismos concretos que fortalezcan las capacidades del Estado para buscar, para encontrar, uno de ellos es el establecimiento de la identidad única y confiable, mediante el CURP Biométrico.
Esta medida facilitará la localización e identificación de personas desaparecidas al integrarse con registros administrativos, bases forenses y plataformas de seguridad. Asimismo, la reforma fue diseñada para que haya, por primera vez, coordinación ya que hasta hoy no hay una plataforma, no conoce lo que la otra dice. Asimismo, reorganiza conecta y obliga a las autoridades a colaborar, las fiscalías, los servidores forenses, las comisiones de búsqueda y los registros poblacionales ya no trabajarán por separado, ahora compartirán datos, se coordinarán en tiempo real y actuarán con protocolos unificados. Con ellos se evita la pérdida de información, se reducen los tiempos de respuesta y fortalecen las acciones de búsqueda desde ese primer momento, por supuesto que esta ley es y será perfectible.
En el Partido Verde, consideramos que el tema de la desaparición forzada, debe abordarse con responsabilidad, sensibilidad y profundo respeto, porque detrás de cada caso hay una familia que espera respuestas, no promesas y no política, reconocemos la labor incansable de los colectivos y en especial de las madres buscadoras, Pero no debe ser una lucha que enfrentan solas, nos toca a nosotros, a nosotras como representantes del pueblo, nos toca darles herramientas y el respaldo institucional que merecen, por esto votaremos a favor, porque creemos que estos cambios sí pueden marcar la diferencia real en la vida de miles de mexicanos y mexicanas que hoy sufren la desaparición de un ser querido.
Es cuanto, gracias.